No hay nada más lindo que llevarse bien entre los miembros de una familia. No hay nada más reconfortante que encontrar en tu casa la paz y la alegría que te alivian las cargas del día que pasó y que te darán la fuerza necesaria para enfrentar los problemas del día siguiente. Las relaciones familiares son extremadamente importantes en nuestra vida y si logramos permitir que Dios sea el primer y más importante integrante de nuestra familia, tendremos una experiencia única de felicidad, bienestar y paz.